Comentario sobre Plurales, Clara C. Scribá

Llevaba tiempo pensando en abrir este espacio pero no sabía cómo, no sabía qué texto sería el más adecuado para sumergirme de nuevo en la aventura de publicar mis pensamientos en un blog. Un blog que, aclaro, nada tiene que ver con el otro que mantengo activo (Un vendaval de palabras).

Así que el destino llamó a mi puerta (o más bien el cartero, dejándose el dedo pegado en el timbre de la puerta de mi pueblo) un día soleado y caluroso de este verano. El susodicho cartero toca-timbres traía un paquete muy bonito de Harpo Libros que contenía el libro de mi amiga Clara C. Scribá. Y sí, recalco amiga, pues llevo un rato pensando si escribirlo o no, ya sabéis, por el trillado tema de «los amiguismos en la poesía» y «los amigos que se dedican a hacer publicidad unos de otros con respecto a sus libros». Este, queridos lectores, es y no es el caso, pues Clara es mi amiga pero no escribo por el hecho de publicitar más o menos su libro, sino porque siento la necesidad de hablar de él en un espacio propio -ya sabéis, las mujeres y la novela; las mujeres y su necesidad de tener un cuarto propio para escribir ficciones y no ficciones-.

Cuando era pequeña tenía la mala costumbre de ojear los libros comenzando por las últimas páginas, para leer algo emocionante que me llevara devorar la historia.

El día que leí a Clara me pasó algo muy parecido: en cuanto tuve su libro en mis manos lo abrí por la página que contenía su último poema, «Certezas inciertas»,  y todo comenzó. Comenzaron las preguntas, los poemas de amor (ni demasiado empalagosos, ni demasiado turbios). Comenzaron las voces y los plurales a sonar en mi cabeza.

«Una vida está compuesta por muchas personas y todas las personas estamos compuestas por una vida que va modificando según las experiencias del corazón o las situaciones de la sociedad. Por eso todos somos siempre plurales.»

Clara combina en Plurales, publicado en Harpo Libros en abril de 2014, una poesía que une y al mismo tiempo se despega de cualquier ilusión o sensación. El poemario se divide en cuatro episodios: «Erásemos, 1ª persona del plural»; «Maldita, 2ª persona del plural»; «Y en verdad todos somos 3ª persona del plural y ellos son en mí»; y, por último,»Pluralmente célebres». El poemario comprende diversos temas en cada episodio. La autora nos adentra en un viaje de de cuatro estaciones que combinan amor, deseo, desamor y el descubrimiento del individuo arraigado en todas las personas y elementos que nos rodean.

«De repente un día/ dejé de mirarme el ombligo/ y como tú ya no estabas/ empecé a ver a los demás.»

Clara C. Scribá (Madrid,1992) no solo ha cargado de significado los versos de Plurales, sino que también los ha dotado de un gran poder lingüístico. Estudió un grado en Estudios Hispánicos, además es correctora y traductora. La autora roba versos de poetas que admira, como Gema Palacios refleja en su prólogo «La morfología de Clara C. Scribá», entre ellos se encuentran José Hierro, Luis Cernuda y Jaime Gil de Biedma.

«Dependemos/ de la semántica/ para formularnos/ preguntas/ y de la poli/ para sacarnos/ las respuestas.»

Leer a Clara es como entrar en una casa nueva y blanca, sin mácula y encantada. Leer a Clara es sumergirse en el romanticismo- amor, cuerpo, palabra-, en un mar de lenguas y de experiencias. Leer, y además escuchar, a Clara es sentir la palabra como propia.


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